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Alegoria 2012 |
Entre los problemas más comunes en los estudiantes se cuentan la distracción y la baja concentración, ligadas a la carencia de un método para estudiar y aprender. A esto se suma la dificultad para recordar, inadecuada organización del tiempo destinado al estudio y resultados poco halagadores en el aprendizaje que han provocado en muchos casos deserción.
Varios autores han tratado el tema, enfatizando en la programación del tiempo (Bimbi, 1999; Belloni, 1996; Hufton-Kravaritou, 1999; Torns et al. 2006), en la formulación de preguntas (Brown and Canniff, 2007), en el desarrollo de la atención y la memoria (Beane, 1997; Brazee, 1997; Brown, 2006; Springer, 2006; Stevenson, 2001; Vars, 1969), aprendizaje basado en problemas (Jones, 2006), empleo de organizadores gráficos (Flood y Lapp, 1988; Heimlich y Pittelman, 1986) y las condiciones ambientales favorables (Molfese, Modglin & Molfese, 2003).
Es muy importante aplicar un procedimiento en el estudio, siguiendo estrictamente cada uno de los pasos, hasta que el método en su conjunto de convierta en hábito. De los muchos métodos que existen, solo unos pocos se pueden adaptar armoniosamente a las características individuales y al estilo de trabajo personal. He aquí la importancia de descubrir cuál de los métodos de estudio es el más adecuado para realizar un aprendizaje satisfactorio.