Con frecuencia en el campo académico se ha observado que los objetivos al estudiar están orientados a obtener una nota aprobatoria de un examen; sin embargo, el verdadero sentido del trabajo intelectual estriba en la formación para el desempeño idóneo de una profesión. Lo primero, según el colombiano Fabio Hernández Díaz, responde a un estudio por memorización y lo segundo al método de estudio por comprensión.
Para tener una mayor claridad de lo anterior, resulta interesante revisar la clásica Taxonomía de Bloom que aparece en diseños tan elegantes como la siguiente ilustración sobre las categorías del dominio cognitivo:
Como se puede apreciar en esta jerarquización, memorizar es un verbo que corresponde a la categoría más básica: Conocimiento. Por su parte, comprender o interpretar se ubica en la segunda: Comprensión. Cada una es pre-requisito de la siguiente y en el más alto nivel se encuentra: Evaluación; aunque en el modelo para la era digital, con mucho acierto, ha sido reemplazada por: Crear.
Siguiendo a Hernández, existe una contraposición entre memorización y comprensión, pues considera al primero como "parte importante, pero no definitiva" y al segundo como "la única posibilidad de adquirir un conocimiento integral." Señala además que éste conduciría al éxito estudiantil y profesional, mientras que aquel, de conformidad con lo señalado por Maddox, conduce a aprender fragmentos de conocimientos aislados y sin sentido, que produciría "profesionales de mantenimiento."
En síntesis, las diferencias que plantea son las siguientes:
En síntesis, las diferencias que plantea son las siguientes:
ESTUDIO POR MEMORIZACIÓN
Tradicional,
Mecánico
Dogmático
Se olvida
Favorece la especulación
Limita los horizontes intelectuales
Aplicabilidad pobre
ESTUDIO POR COMPRENSIÓN
Creativo
Reflexivo
Racionalizado
Se recuerda
Favorece la investigación
Crea expectativas intelectuales
Aplicabilidad óptima