Para lograr un alto grado de comprensión lectora, el lector debe iniciar su lectura con una previa reflexión, adecuando con anterioridad su mente a la materia que será abordada de inmediato. En la previa reflexión, el lector debe hacerse las siguientes preguntas: ¿de qué trata la lectura?, ¿qué busca comunicar el autor?, ¿qué se esconde en verdad, detrás del vehículo que son las palabras?, ¿qué puede aportar realmente esta lectura?
De igual manera deberá poner atención a lo siguiente:
− Las palabras que sirven para articular y la puntuación.
− Los pronombres y a lo que se refieren.
− Las formas verbales.
− Las palabras importantes.
− Las frases claves que revelan la idea central.
− El tema central del párrafo.
De esta manera, el lector se sumergirá en la lectura sabiendo a ciencia cierta qué es lo que busca; averiguando lo que le puede ser importante y que lo obtendrá por parte del autor.
En resumen: lectura comprensiva es leer activamente, captando lo esencial de la lectura, para conseguir conectarse con el pensamiento del autor.
Para fortalecer la lectura comprensiva, se debe tomar en cuenta que las palabras son simples vehículos del pensamiento; por lo tanto, se debe desarrollar la capacidad para leer ideas mas no palabras.
Entonces, una vez que la mente se ha adecuado para tratar la materia que se va a leer, el segundo paso, y fundamental por cierto, será el de establecer una ‘sintonía’ con el pensamiento del autor y con su intencionalidad.
Una vez que el lector ha comprendido las ideas contenidas en el texto, estará en capacidad de reconstruir los aspectos claves de la lectura, que constituye la finalidad de la lectura comprensiva.